Ana Lluch Hernández es contemporánea de María Blasco Marhuenda, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas Carlos III especializada en el estudio de los telómeros. También, de Anna Veiga Lluch, especialista en células madre; así como Margarita del Val, especialista en virología.
A lo largo de la historia el campo de la Biología y las Ciencias Naturales está plagado de mujeres investigadoras, como Hildegarda de Bingen (1098-1179) que fue una de las mujeres más polifacéticas e influyentes de la Edad Media en la Europa Occidental del siglo XII. Mística, abadesa, teóloga, escritora de un extenso epistolario y de textos religiosos y de libros científicos sobre plantas y minerales y sus poderes curativos, así como del funcionamiento del cuerpo humano. La naturalista Maria Sybilla Merian (1647-1717); la profesora de anatomía Anna Morandi Manzolini (1716-1774); Laura Bassi (1711-1778) quien potenció la constitución de una red de experimentadores que conectó Italia con la cultura científica de Francia e Inglaterra; o Eunice Foote (1819-1888), que desde su cocina fue capaz de identificar el efecto invernadero y trabajar sobre el calentamiento global.
Son mujeres de su generación como Jane Morris Goodall, conocida por su estudio de 55 años de duración sobre las interacciones sociales y familiares de los chimpancés salvajes en el parque nacional Gombe Stream en Tanzania, Rita Colwell, investigadora en oceanografía y bacteriología. También pertenecen a su generación Tu Youyou y Josefina Castellví i Piulachs. La primera de ellas es una científica china, conocida por descubrir la artemisinina (también conocida como dihidroartemisinina), utilizada para tratar la malaria que en 2015 obtuvo el premio nobel en fisiología y medicina. Por último, Josefina Castellví, fue una oceanógrafa. La primera española en participar en una expedición internacional en la Antártida en 1984.