Fue precedida por las científicas del siglo XVII, la atomista Margaret Cavendish (1623-1673), la filósofa Ann Conway (1631-1678) y la naturalista Maria Sybilla Merian (1647-1717).
Margaret Cavendish (1623-1673), Maria Sibylla Merian (1647-1717) y Émilie du Châtelet (1706-1749) publicaron más obras que Laura Bassi, pero ella fue la que mejor se introdujo en el mundo académico de la ciencia. Laura Bassi (1711-1778) potenció la constitución de una red de experimentadores que conectó Italia con la cultura científica de Francia e Inglaterra. En esa misma época, en Italia, la matemática Gaetana Agnesi (1718-1799) trabajó en el cálculo diferencial en Milán, aunque no tenemos constancia que se encontraran. En Nápoles, trabajó la física y matemática Maria Angela Ardinghelli (1728-1825) en su salón científico. Por otro lado, la química escocesa Elizabeth Fulhame, escribió el ensayo An Essay on Combustion en 1794, y Marie Aimée Lullin (1751-1831) entomóloga suiza realizó importantes estudios sobre las abejas. Fueron contemporáneas también Clelia Grillo Borromeo (1684-1777) aficionada a las ciencias naturales y a las matemáticas, organizadora de un salón de reuniones científicas en su palacio de Milán y la profesora de anatomía Anna Morandi Manzolini (1716-1774).
Otras importantes científicas, herederas de esta época, son la química Marie-Anne Pierrete Paulze (1758-1836), la divulgadora científica Jane Marcet (1769-1858), la matemática y científica Mary Fairfax Sommerville (1780-1872), mentora de Ada Byron-Lovelace (1815-1852) o la astrónoma Caroline Herschel (1750-1848) entre otras.