Las francesas Nadia Boulanger (1877-1979) y Lili Boulanger son dos figuras fundamentales de la música de finales del siglo XIX y principios del XX. Su hermana Lili fue una gran compositora que fallece prematuramente, y Nadia, extremadamente longeva, consiguió destacar como compositora, intérprete y directora, pero sobre todo como profesora. Como directora de orquesta fue una de las primeras en recuperar las obras de Monteverdi, y fue la primera mujer que dirigió un concierto para la Royal Philharmonic Society de Londres (1937), la Orquesta Sinfónica de Boston (1938) y la Orquesta Filarmónica de Nueva York (1939).
Otras compositoras e intérpretes contemporáneas e igualmente brillantes fueron la americana Amy Beach; las polacas Wanda Landowska, también muy relevante como profesora en el ámbito de la música antigua, y Grazyna Bacewicz, compositora, pianista, violinista y profesora; Alma Mahler, cuya carrera musical se vio gravemente perjudicada por su matrimonio con Gustav Mahler; Germaine Tailleferre, compositora y pianista francesa vinculada al grupo de Los Seis; la americana Ruth Carwford Seeger, compositora e investigadora del folklore de su país; las españolas Rosita García Ascot, pianista y compositora, y Emiliana Zubeldia, profesora y directora de orquesta y coro además de pianista y compositora.
Como predecesoras suyas en el campo de la composición y de la interpretación con instrumentos de tecla podemos recordar a la española Gracia Baptista en el Renacimiento y a la francesa Elisabeth-Claude Jacquet de la Guerre en el Barroco, Theresia von Paradis o Marianne Martínez en el Clasicismo, Clara Schumann y Fanny Mendelssohn en el siglo XIX.
Actualmente son ya numerosísimas las mujeres que se dedican profesionalmente a la interpretación, composición, dirección orquestal... Citaremos a las españolas Marisa Manchado, compositora de música para escena y electroacústica, y Mercedes Zavala, muy implicada en la recuperación del repertorio histórico de las compositoras.