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Epigrammata

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Date of production: 3rd century BCE

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Genres

Literature > Poetry > Epigram

Socio-cultural movements

Antiquity > Greek culture > Hellenistic period

Works

Anexo: Epigrammata

A Ánite se le atribuyen 21 composiciones conservadas en la Antología Palatina (AP), excepto una de ellas que se conserva en la obra del gramático Pólux  (Pol. V, 48). No obstante, algunos estudiosos incluyen otros epigramas como posibles composiciones de la autora (vid. Anexo). Esta es la razón por la que en nuestro anexo los hemos incluido, dado que no es nuestro objetivo hacer un estudio filológico de la obra de la poeta.

Su obra se encuentra repartida en los diferentes libros de la AP en función de su temática:

-           en el libro VI, al que pertenecen los primeros epigramas, y que es una recopilación de poemas que imitan las inscripciones votivas;

-           en el libro VII, donde se recopilan los epitafios dedicados a animales y doncellas;

-           en el libro IX, que recoge los epigramas retóricos, es a decir, epidícticos. Por tanto, los temas son variados: motivos marineros y, sobre todo, bucólicos, que también se recogen en el libro XVI, obra de Planudes, otra antología en sí misma;

-           por último, Pólux nos ha transmitido otro epigrama, que, temáticamente, corresponde a un epitafio dedicado a un animal: una perrita muerta por la mordedura de una víbora.

Como muestra, incluimos aquí un epigrama de cada una de las temáticas que abordó, para, de esta forma, tener una mejor perspectiva de su obra. No obstante, para una visión más amplia, recomendamos el anexo. Los textos griegos han sido extraídos fundamentalmente del sitio web de la Bibliotheca Augustana y del sitio web de la Antología Palatina, en concreto, el apartado correspondiente a la obra de Ánite a través de Wikisource; la traducción, por su parte, es nuestra.

Respecto a su estilo, en los epigramas funerarios se observa una tendencia preferente y perceptible, que se manifiesta también en sus seguidores, por las formas estativas, principalmente en forma de participio frente a la expresión verbal del proceso; ello obedece al deseo de consignar explícitamente la muerte. Son indiscutibles las relaciones literarias con Homero, modelo esencial de Ánite: en la referencia a la muerte, encontramos el contraste luz/ oscuridad, identificado con el contraste vida/muerte, que procede de la épica homérica; la consideración de la muerte como «tránsito», manifestado en el hecho físico de la separación del difunto del mundo de los vivos, que constituye una creencia universal de raigambre también homérica e imágenes conectadas con la mención de divinidades infernales u otras entidades sobrehumanas, como Hades, Perséfone o el río Aqueronte. Sin embargo, los epigramas dedicados a animales muestran al respecto una forma de composición nítidamente diferenciada: ninguno de ellos recurre a una figura divina como apoyo de la referencia a la muerte del difunto. Hay quien considera que esto es solo un juego de experimentación poética en el que la autora rompe la expectativa del lector experto en la solemnidad propia de los epigramas funerarios, modificada y empequeñecida por la incorporación de los animales en la composición poética. Es un proceso, por el contrario, que se enriquece con el acercamiento sentimental hacia estos seres, generando empatía en el lector hacia los personajes que lloran la a sus animales, como la joven Miro que se lamenta por la muerte de sus mascotas. Que los animales sean protagonistas de una ficción que no se justifica por la mitología es una de las originalidades aportadas por Ánite a la literatura griega.

La poeta es también famosa por epigramas en los que la naturaleza es la protagonista. Un cuadro refrescante que pinta en unos pocos trazos magistrales la frescura de un oasis que espera al cansado trabajador en el ardiente verano, bajo el follaje del laurel, con el agua fría y dulce del manantial y el viento del céfiro que lo acogen. Maestra en la descripción de paisajes idílicos e iniciadora de la poesía bucólica, rasgo que los estudiosos siempre han atribuido a Teócrito, olvidando que este poeta estuvo claramente influenciado por Ánite, lo que se observa en la visión que el autor tiene sobre la naturaleza y que es la misma que aparece ya en la autora.

Sus epitafios a jóvenes niñas o adolescentes se distinguen por los sentimientos que describen, tachados por algún estudioso de demasiado “patéticos”, como si el hecho mismo de la muerte no pudiese provocarlos o como si esos rasgos, los sentimientos y el pathos, fuesen ajenos a la literatura griega, en especial a la tragedia. Finalmente, hay que añadir, en general respecto al estilo de la autora, la recurrencia a términos propios de la épica, incluso a su metro, en ocasiones, y al uso de dorismos.

 

VII, 724

ἥβᾳ μέν σε, Πρόαρχ᾽, ἔνεσαν, πάι, δῶμά τε πατρὸς

Φειδία ἐν δνοφερῷ πένθει ἔθου φθίμενος·

ἀλλὰ καλόν τοι ὕπερθεν ἔπος τόδε πέτρος ἀείδει,

ὡς ἔθανες πρὸ φίλας μαρνάμενος πατρίδος. 

En la juventud, Proarco, te enterraron, niño, y, muerto, la casa de tu padre, Fidias, sumiste en una oscura pena; pero este bello verso sobre ti canta la piedra, que moriste luchando por tu amada patria.

VII, 646

λοίσθια δὴ τάδε πατρὶ φίλῳ περὶ χεῖρε* βαλοῦσα

εἶπ᾽ Ἐρατὼ χλωροῖς δάκρυσι λειβομένα·

«ὦ πάτερ, οὔ τοι ἔτ᾽ εἰμί, μέλας δ᾽ ἐμὸν ὄμμα καλύπτει

ἤδη ἀποφθιμένης κυάνεος** θάνατος.» 

Estas fueron las últimas palabras que, abrazando a su amado padre, dijo Erato, deshaciéndose en pálidas lágrimas: «Padre, en realidad ya no existo, negra, mi mirada cubre, ya perecida, la oscura muerte.»

*Dual

**Confusión con este término: según la Antología Palatina, la forma sería κυάνεον, pero consideramos más conveniente, sintácticamente hablando, la forma en nominativo acompañando a θάνατος.

VII, 190

ἀκρίδι, τᾷ κατ᾽ ἄρουραν ἀηδόνι, καὶ δρυοκοίτᾳ

τέττιγι ξυνὸν τύμβον ἔτευξε Μυρώ,

παρθένιον στάξασα κόρα δάκρυ· δισσὰ γὰρ αὐτᾶς

παίγνι᾽ ὁ δυσπειθὴς ᾤχετ᾽ ἔχων Ἀίδας.

A un saltamontes, el ruiseñor del campo, y a una cigarra habitante de los robles una tumba común les construyó Miro, habiendo derramado la joven virginal llanto, pues con sus dos juguetes marchó el inexorable Hades.

IX, 144

Κύπριδος οὗτος ὁ χῶρος, ἐπεὶ φίλον ἔπλετο τήνᾳ

αἰὲν ἀπ᾽ ἠπείρου λαμπρὸν ὁρῆν πέλαγος,

ὄφρα φίλον ναύτῃσι τελῇ πλόον· ἀμφὶ δὲ πόντος

δειμαίνει λιπαρὸν δερκόμενος ξόανον. 

De Cipris es este lugar, porque le era grato siempre contemplar, desde tierra firme, el brillante mar, hasta que, para los marineros, la travesía se completaba favorable: pues el mar circundante se asusta al ver su untuosa efigie.

 

Information about the work and context of creation

- Explicación de la obra

De Ánite de Tegea, nos ha llegado una veintena de epigramas transmitidos en el conjunto epigramatístico de la Antología Palatina (AP) y la Planudea, así como en la obra del gramático Pólux. Algunos otros de sus poemas se consideran espurios.

En concreto, los epigramas AP VII, 189; 236; 492; 538 son los considerados por los estudiosos como de autoría dudosa, aunque, en algunos casos la Antología Griega (que incluye la Palatina) o bien la Bibliotheca Augustana los atribuyen a Ánite, de forma que hemos optado por incluirlos en nuestro anexo.

Es la autora de la que más poemas se han conservado, después de Safo, y es considerada la creadora del subtipo dedicado a animales. De los diez epigramas de Ánite que pertenecen al género sepulcral, cinco están consagrados a estos seres - el número más elevado -, frente a cuatro dedicados a doncellas (VII 486, 490, 646 y 649) y uno a un soldado caído en batalla (VII 724; también el VII, 232, si consideramos a Ánite su autora). Cuatro de estos epigramas dedicados a animales nos han sido transmitidos en el libro séptimo del manuscrito palatino, mientras que en la Antología Planudea figuran en la parte B: VII 208, VII 202, VII 215 y VII 190; el quinto nos ha sido transmitido por Pólux en su obra (Pol. V 48).

Con su uso del lenguaje épico y el hexámetro dactílico, así como el uso de dorismos, Ánite viene a enriquecer el panorama literario y, en concreto, de la epigramática de la siempre menospreciada época helenística, considerada con frecuencia falta de creatividad, acusada de limitarse a reproducir modelos inventados en época arcaica o clásica.

En la evolución helenística, todas las capas y estratos sociales irrumpen en el género funerario: mujeres, jóvenes doncellas, niños, esclavos, campesinos, mendigos, etc. En aquellos epigramas en los que el lugar del difunto es asumido por un animal, se revela con nitidez la difusión temática y el deseo de variación helenísticos; esta serie de epigramas funerarios reciben su carácter tipológico del hecho de que el animal fallecido sea mencionado, así como de aspectos como el tipo de animal, el motivo por el que es «elogiado», si se trata de un epitafio de ficción o, por el contrario, es real y la consignación formal del nombre del difunto.

- Contexto

En el contexto de la epigramática de este período literario, hay una especie de división geográfica en zonas de los diferentes poetas. Según algunos autores, se trataría de una división impostada y de escuelas supuestamente reales: una supuesta, pues, escuela dórico-peloponésica occidental, en la que se localizarían escritores procedentes del Peloponeso, como Ánite, de la Magna Grecia, a la que pertenecería Nóside, entre otros, de las islas dóricas del sur del Egeo, de la Grecia central y de la Grecia septentrional, así como los escritores relacionados con la corte macedonia. Esta escuela se caracterizaría, a grandes rasgos, por la translación social del epigrama desde las sociedades más altas de época clásica hacia el demos (el pueblo); el interés por la intimidad femenina, los niños y los animales; el gusto por la naturaleza idílica, el pacifismo y un sentimentalismo, en definitiva, expresado en una lengua artificial, barroca y teatral.

Como contraposición, habría otra escuela, la jónico-egipcia, cuyos poetas proceden de Asia Menor y a la que pertenecen también todos aquellos poetas nacidos en África que acudieron a la Alejandría de los Ptolomeos y, finalmente, una tardía escuela sirio-fenicia, a la que pertenecerían Antípatro de Sidón y Meleagro de Gadara, autor de la primera antología escrita en griego. 

Respecto a Ánite, que, como ya hemos señalado, pertenecería a la escuela dórico-peloponésica, es la voz femenina más representada en la Antología Palatina y en tota la literatura griega, en virtud de lo que la tradición nos ha legado, después de Safo. 

Entre las poetas griegas antiguas, cronológicamente situadas entre los siglos VII y III a.e.c., destaca, en primer lugar, Safo de Lesbos, maestra del arte mélico individual, de la que son herederas todas las poetisas posteriores, antiguas y modernas. Así pues, ella misma junto con Erina, Praxila, Mirtis, Corina, Telesila y las poetas de la época helenística Mero y Nóside componen el contexto de creación, bien como predecesoras bien como coetáneas, en el que Ánite de Tegea, la llamada el «Homero femenino», nace y florece. Así nos lo muestra este fragmento del epigrama atribuido a Antípatro de Tesalónica, en el que se establece el llamado primer «canon» de la literatura femenina, sin olvidar que todas ellas son calificadas de Musas terrenales. 

[…] Praxila, Mero, la boca de Ánite, Homero femenino,
Safo, ornato de las lesbias de hermosas trenzas;
Erina, la ilustre Telesila y tú, Corina,
cantora del ardido escudo de Atenea,
Nóside, de femenina lengua y la de dulces sones, Mirtis,
autoras todas de inmortales páginas.
(AP IX 26 )

 

Indications

-Cultura clásica: Raíces clásicas del mundo actual. Vida cotidiana; Continuidad del patrimonio cultural. Literatura (Poesía), arte y ciencia.
-Griego Bachillerato: El texto: comprensión y traducción; Educación literaria.
-Lengua Castellana y Literatura ESO: Educación literaria.
-Literatura Universal 1º Bachillerato: Interpretación de fragmentos de época griega de género y temática diversos

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