Itinerarium ad Loca Sancta (selección y comentario de Lourdes Muñoz Montagud)
El texto de Egeria no ha llegado completo, pero se puede reconstruir la totalidad del periplo valiéndonos de la propia infraestructura vial del Imperio romano, otros viajes documentados de la época o la carta de Valerio.
Egeria parte de algún punto de la provincia Gallaecia, sigue la Via Domitia, atravesando Aquitania y cruzando el Ródano, y llega a Constantinopla, vía marítima, Después sigue la vía militar que surcaba Bitania, Galacia y Capadocia, continúa por Tarso, Antioquía, Sycamina (Haifa) y Nicópolis (Emaús) hasta arribar a Jerusalén en la Pascua del año 381. Desde allí realiza excursiones que la mantienen en ruta meses enteros. Una primera salida es a Egipto, la segunda a Samaria y Galilea. Estos serían los recorridos que supuestamente quedarían descritos en la parte inicial y perdida del códice. El texto que nos ha llegado comienza cuando, en una tercera salida, Egeria y sus acompañantes están a punto de subir al monte Sinaí.
Capitulum I
[multa desunt.]
1.-... ostendebantur iuxta scripturas. Interea ambulantes peruenimus ad quendam locum, ubi se[x] tamen montes illi, inter quos ibamus, aperiebant et faciebant uallem infinitam, ingens, planissima et ualde pulchram, et trans uallem apparebat mons sanctus Dei Syna. Hic autem locus, ubi se montes aperiebant, iunctus est cum eo loco, quo sunt memoriae concupiscentiae (cf. Num. 11, 34).
2.- In eo ergo loco cum uenitur, ut tamen commonuerunt deductores sancti illi, qui nobiscum erant, dicentes: «Consuetudo est, ut fiat hic oratio ab his qui ueniunt, quando de eo loco primitus uidetur mons Dei»: sicut et nos fecimus. Habebat autem de eo loco ad montem Dei forsitan quattuor milia totum per ualle illa, quam dixi ingens.
Capítulo I. El monte Sinaí
(Falta una buena parte)
1.-… iban apareciendo como dicen las Escrituras. Entre tanto, llegamos andando a un lugar, en el que aquellas montañas, entre las que marchábamos, se abrían formando un extensísimo valle, enorme, muy llano y hermoso; tras el valle, apareció el monte santo de Dios, el Sinaí. Este sitio por donde se extienden las montañas está próximo al lugar en que están las Memorias de la Concupiscencia 1 (cf. Núm. 11, 34).
2 Cuando llegamos pues a este sitio, aquellos santos guías que iban con nosotros nos advirtieron diciendo: “es costumbre que, al llegar aquí, se haga oración, tan pronto como se distinga en la distancia el monte de Dios”, cosa que inmediatamente hicimos. Había desde aquel lugar hasta el monte de Dios una distancia tal vez de unas cuatro millas a lo largo de todo aquel valle, que, como dije, era enorme.
-Texto en latín:
Silviae vel potius Aetheriae peregrinatio (1908). W. Heraeus (ed.). Bibliotheca Augustana, (16-02-2022), <http://www.hs-augsburg.de/~harsch/Chronologia/Lspost04/Egeria/ege_it00.html>
-Texto en español:
Itinerario o Peregrinación de Egeria . Manuel Domínguez Merino (trad., introd. y ns.). Internet Archive, (27-02-2025), <https://archive.org/details/itinerario-o-peregrinacion-de-egeria-traduccion-introduccion-y-notas-manuel-dominguez-merino>. PDF aquí.