Así pues, los géneros, tanto masculino como femenino, constituyen modelos, o corsés, o prisiones, como queramos llamarlo, y serán más o menos desagradables y frustrantes en función del grado de cumplimiento de ellos que la sociedad exige en cada momento [...]pero lo que hoy ya no es aceptable, porque vivimos en una sociedad en la que los individuos tienen igualdad de derechos con independecnia de su sexo, es que se impongan limitaciones diversas a los individuos en función de su sexo, porque ello presupone que les atribuimos destinos sociales distintos según hayan nacido hombres o mujeres y con independencia de sus apetencias, deseos, capacidades y posibilidades. Para mantener la libertad de opción de todos los seres humanos deben ser eliminadas las prescripciones de género: cualquier niño y cualquier niña deben tener a su alcance todas las posibilidades que en un cierto momento pueda ofrecer una sociedada a sus individuos jóvenes.
Subirats, Marina y Tomé, Amparo (2007). Balones fuera. Barcelona: Octaedro, págs 34-5.