Quienes han estudiado la violencia no se ponen de acuerdo sobre sus causas: ¿pulsión biológica?¿comportamientos aprendidos?¿afán de poder? Parecería que, en cualquier caso, se trata de un fenómeno inevitable, consustancial con la naturaleza humana. Desde mi punto e vista, la causa esriba fundamentalmente en el mantenimiento de un género masculino ya obsoleto [...] Seguir transmitiendo culturalmente a los varones el gusto y la necesidad del enfrentamiento y de la violencia, así como las ventajas que ello proporciona frente a las mujeres, estos necesitan crear escenarios en los que ponerse a prueba y manifestar su valor, su capacidad de vencer al contrario y de constituirse en triunfadores, de mostrar, en definitiva, que son el centro del universo.
El resultado de este proceso es una altísima destrucción: destrucción de vidas, destrucción de riquezas, destrucción de oportunidades.
Subirats, Marina (2013). Forjar un hombre, moldear una mujer. Barcelona: Aresta Mujeres, págs. 170-71.