La obra de Ángeles Vicente puede vincularse especialmente con la de Carmen de Burgos “Colombine”, así como con otras autoras del primer tercio del siglo XX, como Concha Méndez, María de Maeztu, María Lejárraga, Elena Fortún o Zenobia Camprubí, entre otras. Sigue la línea de Emilia Pardo Bazán, Concepción Arenal, Rosario de Acuña, Ángeles López de Ayala, Belén Ságarra de Ferrero y Amalia Domingo Soler, escritoras librepensadoras.
Se inicia un ligero despertar de la literatura lésbica y entre mujeres a principios del siglo XX. La primera obra en tratar del tema fue Zezé (1909) de Ángeles Vicente. Lucía Sánchez Saornil publica versos homoeróticos con seudónimo masculino (Luciano de San-Saor). Carmen de Burgos hace referencias más veladas en su obra.
En los años 50 – dentro del realismo social- autoras como Concha Alós vuelven a abordar la homosexualidad en algunas de sus obras. Ya no será hasta la década de los 90 cuando se aprecien nuevas creaciones de amor entre mujeres, con Ana María Moix, Ana Rossetti, Esther Tusquets, Carmen Riera, Elena Fortún, Isabel Franc o Lucía Etxebarría.